Amezaga - Landabaso

JUAN JOSE DE AMEZAGA, nació en la ciudad de Montevideo el 28 de Enero de 1881, en el hogar constituido por Juan José Amézaga, y Josefa Landabaso, ambos del territorio histórico de Bizkaia y al parecer, al ingresar le fue suprimido el “de” a su apellido solariaego, siendo más tarde incluido. Llegó al Uruguay en 1880, como tantos y tantos vascos en busca de mejores oportunidades de vida, dedicándose al poco tiempo al rubro del comercio, que atendió hasta su fallecimiento.

Como otros coterráneos se asoció a la primera Institución Vasca en América fundada en 1876 y titulada “Laurak bat” – Sociedad Euskara, alcanzando la presidencia en el año 1886.

Juan José de Amézaga tuvo una niñez y adolescencia normales en un chico de clase media en aquellos años en los que el Uruguay estaba entrando en una etapa signada por la final del predominio de las familias patricias y la irrupción de las masas de inmigrantes que, directamente descendidos de los barcos o en segunda generación, aspiraban a influir en la conducción del país que habían elegido como nueva patria.

Netamente montevideano, con aire de ratón de biblioteca, su imaginación volaba con frecuencia hacia ese medio rural que casi no conocía pero parecía atraerlo con potencia fascinante. Solía pasar sus vacaciones en la estancia de algún amigo, andando a caballo, pasión que conservaría el resto de su existencia.

Fue un estudiante ejemplar, un ciudadano de clase media, que se encumbró en base a sus brillos intelectuales y a su pasaje por la Universidad, que aún era, por entonces, vehículo de ascenso social. Sobre el filo de la entrada del siglo XX ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y fue, como en su ciclo secundario, un estudiante muy destacado.

Recibió el título de abogado en 1905 y sus altas calificaciones le permitieron obtener una beca para continuar estudios en Europa, de acuerdo a la política impulsada por el batllismo. Viajó a Francia en 1906 y permaneció durante todo ese año y el siguiente, cursando estudios en la Sorbonne y en la Universidad de Berlín, entrando en contacto con las experiencias sociales y políticas europeas, lo que lo aproximó al pensamiento de José Batlle y Ordóñez.

A su regreso se dedicó de lleno a su profesió y a la docencia, campo en el que parece haber tenido extraordinario destaque. Fue catedrático de Filosofía en Enseñanza Secundaria “en tiempos que ésta era parte de la Universidad de la República” e impartió clases de Derecho Civil y Derecho Penal. En aquellos años escribió abundantemente sobre temas jurídicos, publicando folletos y colaborando en dos prestigiosas revistas la de Derecho y Ciencias Sociales y la de Derecho, Jurisprudencia y Administración, logrando en esa tarea un prestigio de jurista brillante, no sólo en el ejercicio práctico de su profesión sino en el plano doctrinario, y ello le valió ser nombrado Director Honorario de la Biblioteca Universitaria de Derecho y miembro del Consejo Directivo de la Facultad.

Vinculado por convicciones profundas, al Partido Colorado, presentó su candidatura a la diputación por el Departamento de Durazno en 1908, con 27 años, y tuvo el apoyo explícito de José Batlle y Ordóñez, teniendo todas las características que don Pepe buscaba en la gente que procuraba promover; “talento incuestionable, procedente de familia emprendedora, que alimenta a la meritocracia nacional y que no blasona de ancestros ilustres”, pero que posee nobleza originaria por su condición de su ascendencia euskara.

Su desempeño como legislador tuvo singular brillo: presentó leyes sobre pensiones a la vejez, accidentes de trabajo, salario de la mujer casada y reorganización de la asistencia publica nacional y como además hablaba varios idiomas y tenía espíritu conciliador y acuerdista, se le encomendaron diversas misiones diplomáticas: representó a Uruguay en las Conferencias Internacionales Americanas de Buenos Aires (1910), Santiago de Chile (1923), La Habana (1928) y Montevideo (1933).

Su brillante desempeño llevó al presidente Claudio Williman a designarlo ministro de Industrias, cargo que ocupó durante un año (1916) y desde el que impulsó

iniciativas trascendentes (aprovechamiento de los recursos hídricos, obras de irrigación, Ley orgánica del Correo). Fue tambien brevemente, embajador en Argentina, y precidió el Consejo Directivo del Banco de Seguros entre 1917 y 1933.

Tan brillante carrera se vió, sin embargo, obstaculizada por su oposición al proyecto colegialista de José Batlle y Ordóñez, lo que lo alejó, sin rupturas, de quien habia sido su mentor, y de su grupo. Quedó como una suerte de colorado independiente, sin adscripción abierta en ninguno de los grupos que actuaban en el partido (batllista, vierista, riverista, sosista), respetado por todos y buscado como conciliador.

Fue miembro del Consejo de Educación Secundaria, del Instituto de Protección de Menores y Director de la Oficina de Trabajo. En 1928 representó al pais en el Consejo de la Sociedad de las Naciones, y en 1932, cuando el gobierno, aún constitucional, del Dr. Gabriel Terra, rompió relaciones con la Argentina del General Agustín Justo por un incidente que fue poco más que un mal entendido, se le encargó al Dr. Amézaga dirigir las negociaciones tendientes a reparar la situación, normalizándose la misma el 12 de Setiembre de ese mismo año 1932, gracias a los buenos oficios del Dr. Juan José de Amézaga.

El 31 de Marzo de 1933 Gabriel Terra, con apoyo del herrerismo, dió un golpe de Estado; Amézaga, por escrúpulos legalistas, se alejó entonces del terrismo, del que había actuado en franca proximidad. Se dedicó entonces a atender su bufete profesional y a cumplir con las obligaciones derivadas de su alto prestigio: en 1939 representó al país en el Segundo Congreso de Derecho Internacional Privado, que se celebró en Montevideo, pero la administración de Alfredo Baldomir buscó y encontró su colaboración, cuando el presidente explicitó su acuerdo de reformar la Constitución, designando una Comisión de Reforma Constitucional y el presidente de la misma fue el Dr. Juan José de Amézaga. El proyecto fue elevado al Poder Ejecutivo, pero no hubo plebiscito ni reforma legal, ya que en Febrero de 1942, Alfredo Baldomir dió un golpe de Estado, disolvió el Parlamento, anuló “manu militari” la Constitución vigente e inauguró un breve período dictatorial.

Como es tradicional en las dictaduras del Uruguay, se nombró, por via digital, un Consejo de Estado, y el Dr. Amézaga, que tan puntilloso se habia mostrado cuando el golpe de Terra, aceptó integrarlo, aparentemente sin mayores escrúpulos de conciencia. El organismo inició la redacción de un nuevo proyecto de Constitución, que era muy similar al elevado anteriormente, en “donde la mano de Amézaga estuvo redactando, hasta los tildes”.

Se plebiscito en Noviembre junto a las elecciones nacionales; nadie parece haberse puesto a pensar que hubiera pasado si la Constitución hubiese sido rechazada, pero resultó aprobada por esas mayorías abrumadoras que siempre logran las dictaduras, (443.414 votos por el “SI” y 131.163 por el “NO”, y la fórmula colorada Amézaga-Guani con el lema “Amézaga, candidato de la democracia”, derrotó a las demás coloradas, que encabezaban Blanco Acevedo y Lagarmilla, con gran amplitud, así como al Partido Nacional, que se presentó dividido en Herreristas y Nacionalistas Independientes. La fórmula Amézaga-Guani, expresión del Baldomirismo no se confomó sin rispideces, pues el ex canciller aspiraba a la poltrona presidencial; al ver que la mayoría de los dirigentes del sector estaban en su contra, Guani, con su nunca desmentida elegancia, echó mano al sentido del humor : “Acepto la vicepresidencia, pero hubiera preferido la viceversa”.

El nuevo presidente, alejado del batllismo desde sus mocedades, retomó sin embargo el impulso reformista propia de esa corriente, aprobando leyes como la de Consejo de Salarios (12/11/1943), Asignaciones Familiares (12/12/1943), Asignaciones Familiares (12/12/1943), Indemnización por despido en todas las actividades (15/12/1944), Salario mínimo, licencia obligatoria y remunerada, Derechos Civiles de la Mujer y Estatuto del Trabajador Rural (16/10/1946).

En 1943 nombró embajador en Rusia al Dr. Emilio Frugoni, haciendo honor a su actitud de conciliador con todos los partidos.

Se crearon la Comisión Nacional del Archivo Artigas y la Facultad de Humanidades y Ciencias. Se construyeron numerosos puentes, carreteras, escuelas y liceos, y comenzó a funcionar la represa de Rincón del Bonete, más la nacionalización de empresas hasta entonces mixtas o privadas, llevó a un proceso de crecimiento del Estado, que aumentó verticalmente el número de empleados públicos y se convirtió en el primer empleador del país. Hubo que financiarlo con impuestos, que si bien motivaron protestas de los empresarios, particularmente del sector industrial, pudieron pagarse con cierta fluidez en un país que crecía al ritmo de un 7% anual. En política internacional Amézaga se alineó abiertamente con Estados Unidos, a través de la acción de su segundo Canciller, el blanco Eduardo Rodríguez Larreta, e incluso se resucitó el tema de las bases militares, que una vez más encontraron la frontal oposición del herrerismo y de la Agrupación Demócrata Social de Carlos Quijano, que por entonces comenzó su separación del Partido Nacional y se expresaba a través del influyente semanario Marcha.

Durante el período de su gobierno, solicitó a su amigo Aarón Anchorena que donara su establecimiento ubicado en el departamento de Colonia al gobierno uruguayo, lo que éste accedió a su solicitud.

El Dr. Juan José de Amézaga se había casado el 7 de Setiembre de 1907, con Celia Alvarez Mouliá (Chela) (1880-1966), naciendo en el matrimonio dos hijos : Juan José (1908-1946) y Celia (1911). Al finalizar su mandato, se retiró a la vida familiar, aunque se mantuvo activo en el campo del Derecho, falleciendo en Montevideo el 20 de Agosto de 1956 a los 75 años de edad.

**JUAN JOSE AMEZAGA, se casó con Angélica Sienra, naciendo un hijo de nombre Juan José (h) (1935).

{Juan José, radicado en Madrid, España, se casó con Marina O’Farrel, teniendo tres hijos : Pilar, Diego (1960) y Juan José.

**CELIA AMEZAGA, contrajo enlace con Angel Graña, teniendo tres hijos : Julián (1934), Celia (1935) y Elena (1940).

1-{Julián se casó con Mercedes Gari, naciendo cuatro hijos : Gonzalo y Alfonso, mellizos (1960), Mercedes (1962), y Cecilia (1966).

+Gonzalo se casó con Maria Gianoli teniendo tres hijos : Manuel, Elisa y Javier. .

+Alfonso lo hizo con Carmen Barrandeguy, naciendo tres hijos : Agustina, Juan Martín e Ignacio.

+Mercedes se casó con Gabriel Rodríguez Ferreira, teniendo tres hijos : Juan Andrés (1989), Mercedes (1992 y Milagros (1994).

+Cecilia contrajo matrimonio con Pablo Boado, naciendo tres hijos Pedro, Felipe y Dolores.

2-{Celia, se casó con Antonio Carvalho Alvarez, teniendo dos hijos : Esther (1957) y Alejandro (1960).

+Esther, hizo matrimonio con Pablo Fonseca, divorciándose luego, y tuvo dos hijos: Tomás (1982) e Ignacio (1985).

+Alejandro, contrajo enlace con Carla Piacenza, naciendo dos hijos Pilar y Pablo.

3-{Elena, contrajo enlace en primeras nupcias en 1961 con Ricardo Zumarán, naciendo en el hogar cuatro hijos : Elena (1962), Paula (1964), Teresa (1966), y Juan José (1968), y en segundas nupcias con Pablo Paullier, teniendo un hijo de nombre Pablo (1979), soltero.

+Elena, se casó en primeras nupcias con Juan Cadenas a quien le dió una hija de nombre Florencia (1986) y en segundas nupcias con Alejandro Pfeiff, naciendo tambien una hija de nombre Alexia (1998).

+Paula, se unió en matrimonio con Eduardo Calviño, teniendo tres hijos : Juan Pedro (1989), Francisco (1991) y Paulina (1999).

+Teresa, hizo pareja con Diego Wajner, naciendo una hija llamada Martina (2004).

+Juan José (Arqto.), contrajo enlace con Adela Dubra, teniendo un hijo al que le pusieron Juan Ignacio (2002).

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Juan José de Amezaga
Juan José de Amézaga

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Correo electrónicoRecopilación realizada por E. Jorge Arin Ayphassorho (02-May-1923 - †18-Abr-2010). arriba XHTML 1.0 Transitional CSS Válido
Ultima actualización: 08 de noviembre de 2011